El movimiento clandestino de oposición en Nicaragua continúa activo, pero las posibilidades de restaurar la democracia en el país se están reduciendo, según el ex candidato presidencial y prisionero político Félix Maradiaga, quien se encuentra en exilio en Estados Unidos. El régimen nicaragüense, encabezado por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, ha reprimido la disidencia desde las protestas violentamente reprimidas en 2018, justificando su acción por supuestos intentos de derrocarlo desde el extranjero.

Un panel de expertos de las Naciones Unidas alertó este año sobre graves violaciones de derechos humanos por parte del gobierno, que ha eliminado las últimas garantías y equilibrios en el país. Maradiaga, quien ya había huido de Nicaragua en la década de 1980, regresó antes de ser obligado a exiliarse nuevamente tras ser acusado de financiar las protestas de 2018.

En febrero de 2023, Maradiaga fue uno de los 222 líderes políticos, estudiantiles y religiosos trasladados desde prisiones en Nicaragua a Estados Unidos. Posteriormente, Ortega les retiró la ciudadanía. A pesar de enfrentar la posibilidad de fraude y cárcel, Maradiaga buscó desafiar a Ortega en las urnas, pero las elecciones de 2021 fueron condenadas como ilegítimas por varios países.

Actualmente, Maradiaga se dedica a apoyar a jóvenes nicaragüenses en la organización política y en la lucha por una alternativa al gobierno actual. A pesar de los riesgos que implica su labor, Maradiaga se sostiene en su fe católica, que también ha sido atacada por el gobierno nicaragüense.

En medio de la entrevista, Maradiaga mencionó la importancia de mantener la esperanza, aunque no pudo contener las lágrimas al recordar la reciente muerte de su abuela en Matagalpa. Durante sus últimos años en Nicaragua, Maradiaga no pudo visitarla debido a las restricciones impuestas por las autoridades, incluso antes de su arresto.