¡Oops, Castro! Parece que preferís bailar en la City que atajar en el arco, ¿no? Mostaza Merlo te lo dejó en claro con ese chiste en un entrenamiento de la Selección Sub 17. Y es que, según contó Luciano Castro en una entrevista, quedarse afuera del Mundial justo antes de que empezara fue un golpe duro. Tanto que abandonó el fútbol desde ese momento.
A pesar de tener un año más que Pena, Sorín, Grande o Trapasso, Luciano supo codearse con ellos en las inferiores y compartir cancha con futuras estrellas. ¡Imaginate, en Parque jugaba con Sorín, Pena, Cambiasso, Insúa! Y dice que con Sorín se llevaba bien, pero con el Cuchu no tanto, porque era más tranqui. ¡Ah, esas anécdotas de juventud!
Pero no todo fue desilusión para Castro. Logró jugar en las selecciones juveniles con el Bambino Veira como ayudante de Basile. Y vaya que se cruzó con la Bruja Verón, que ya despuntaba su talento desde chico. ¡Un crack en potencia! Y ni hablar de Ortega, que lo dejó mareado con una gambeta de las buenas.
Aunque el fútbol no lo llevó a la fama, Luciano siguió ligado al deporte. Amante del boxeo, llegó a pelear como amateur y se consideraba un fanático de los púgiles. ¡Hasta se animó a acercarse a Mike Tyson! De los goles a los guantes, parece que el camino de Castro tuvo más giros de los que imaginábamos. ¡Qué historia, che!