El gobierno de María Estela Martínez de Perón enfrentaba una situación de descontrol en marzo de 1976, marcada por el aumento descontrolado de precios, la violencia y el malestar social. En medio de este contexto, el golpe militar del 24 de marzo llevó a la detención de Isabelita y la asunción de la junta de comandantes. A pesar de la crisis política, el fútbol continuó su curso, con la Selección argentina enfrentando a Venezuela en un partido donde destacó la ausencia de titulares como Daniel Passarella y Leopoldo Luque.
Tras el triunfo de la Selección, algunos jugadores recordaron la noche del partido, que transcurrió sin incidentes hasta que, al finalizar la cena, se encontraron con la presencia de tanques y el ejército en las calles, debido al golpe de estado. Posteriormente, el equipo emprendió una extensa gira que incluyó destinos como la Unión Soviética, donde Jorge Olguín tuvo problemas en la aduana debido a un error en su visa.
En Polonia, la Selección argentina se enfrentó a la difícil situación política en su país, mientras continuaba con su racha de victorias en la gira. El clima de violencia y agitación en Argentina contrastaba con los logros deportivos del equipo, que se impuso ante Rusia en condiciones extremas de frío y nieve. A pesar de la incertidumbre por la situación en su país, los jugadores continuaron concentrados en su desempeño en el campo.
La gira prosiguió con un enfrentamiento contra Polonia, en el que la Selección argentina logró otra victoria. A pesar de las circunstancias políticas adversas en Argentina, los futbolistas se mantuvieron enfocados en su desempeño deportivo, destacando la actuación de jugadores como Héctor Scotta. A pesar de la incertidumbre y el temor por la situación en su país, el equipo siguió adelante con la gira según lo planeado.