Carla Salvatore D’Ursi, de 42 años, fue condenada por el Tribunal Oral Federal de Chaco por su presunta participación en una red de lavado de dinero vinculada al narcotráfico, liderada por su padre, un reconocido narcotraficante argentino. La condena llegó luego de que la Justicia revocara su absolución en 2019, tras la apelación del fiscal federal Federico Carniel.
Durante el juicio, se le atribuyó a Salvatore haber sido titular de empresas y propiedades adquiridas con dinero de origen ilícito, con el fin de ocultar su verdadera procedencia y facilitar su integración en el sistema económico formal. La acusación sostenía que participaba activamente en el manejo financiero de estas entidades, a pesar de afirmar que solo cumplía un rol nominal.
Salvatore defendió su inocencia alegando que las empresas a su nombre le fueron asignadas por indicación de su padre y otros familiares, bajo la creencia de que eran emprendimientos legítimos. En su testimonio, negó haber tenido conocimiento de las actividades ilícitas y enfatizó que su participación fue meramente formal, sin intenciones criminales.
La condenada cuestionó el proceso judicial, argumentando que fue juzgada por su apellido y no por pruebas objetivas, y señaló que su procesamiento estuvo basado en prejuicios y en su relación familiar. La sentencia impuesta por el Tribunal Oral Federal de Chaco marca un nuevo capítulo en este caso que ha generado gran atención mediática.