El fallecimiento del Papa Francisco el pasado lunes conmocionó al mundo religioso y también al ámbito deportivo. Antes de cada partido organizado por la FIFA, se guardó un minuto de silencio en honor al Sumo Pontífice. En el clásico italiano disputado en el estadio San Siro, se rindió homenaje a Francisco con un apagón de luces y la exhibición de su imagen en la pantalla gigante, lo que fue recibido con aplausos por el público presente. Los jugadores de ambos equipos se reunieron en el círculo central en un acto de respeto.

Tras la emotiva ceremonia, se llevó a cabo el partido de fútbol en el Giuseppe Meazza, donde el Milan se impuso con un contundente 3-0 sobre su rival, logrando así la clasificación a la final de la Copa Italia. Los goles fueron convertidos por Luka Jovic en dos ocasiones y Tijani Reijnders. En el global, el resultado fue de 4-1 a favor del equipo rossonero.

El encuentro inició con un juego cauteloso y equilibrado, con escasas oportunidades de gol en los primeros minutos. Fue recién a los diez minutos que se generó la primera ocasión clara de gol, a cargo de Matteo Darmian. El Milan logró abrir el marcador con un cabezazo de Jovic, tras una combinación entre Fofana y Jiménez. A pesar de algunos intentos del Inter, el Milan aumentó su ventaja en el segundo tiempo.

El Inter intentó descontar, pero se encontró con una sólida defensa y buenas intervenciones del arquero del Milan. En los minutos finales, el Milan aprovechó la desesperación del Inter para marcar dos goles más a través de Abraham y Leão, sellando así una contundente victoria. El Milan disputará la final de la Copa Italia el 14 de mayo contra el ganador entre el Bologna y el Empoli.