Si alguien se anima a buscar “alfajor” en el diccionario de la Real Academia Española, se encontrará con que la primera definición habla de una crema dulce utilizada en postres en España, con un origen árabe bien exótico. Pero la segunda definición es la que nos hace salivar y transportarnos a Argentina, ese paraíso de los alfajores: “Golosina compuesta por dos tapas de masa unidas por dulce y a veces cubierta de chocolate, merengue, ¡y mucho más!” ¡Ahí es donde empieza la fiesta!
Los argentinos adoptamos el alfajor como propio, lo hicimos nuestro. Después de Terrabusi, el Capitán del Espacio y el Jorgito, todo lo demás. Estos tres son los pilares de los alfajores, el comienzo de una larga historia llena de dulzura y sabor. Y aunque hoy parezca solo el principio, ¡quién sabe a dónde nos llevará esta travesía!
¿Por qué se llamaba así? Una referencia al libro de Proust que ni siquiera había leído. Una búsqueda de identidad, de explorar lo desconocido. Su primer blog exitoso, con una comparación épica entre el Capitán del Espacio y el Jorgito. Así comenzó la obsesión por los alfajores, un universo fascinante por descubrir.
El catador de alfajores, un título ganado a pulso en un mundo lleno de sabores y secretos por desentrañar. Un viaje sensorial a través de golosinas y leyendas, un mapa de diálogos y sorpresas. ¡El alfajor como nunca antes lo habías imaginado!
¿Qué hay detrás de un bocado de alfajor? Una historia, una identidad, un mundo entero por explorar. Un desafío que lo llevó a la fama, a probar alfajores a ciegas en televisión, a enfrentarse a la vorágine mediática. ¡El precio de la dulce popularidad!
Pero entre alfajor y alfajor, Facundo construyó un legado, una mirada única sobre esta golosina nacional. Un análisis profundo, una pasión desenfrenada por descubrir cada capa de sabor. ¡Un héroe moderno en busca del alfajor perfecto!
La historia del alfajor, esa golosina que nos une y nos hace soñar. Un viaje al pasado, a los orígenes de un dulce que traspasa fronteras y generaciones. ¡El alfajor como emblema de nuestra identidad dulce!
Y así, entre ensayos y reseñas, Facundo encontró su camino, su pasión por los dulces y la historia. Un experto en sabores, un aventurero de la gastronomía, un héroe anónimo en busca del alfajor perdido. ¡El sabor de la vida en cada bocado!